De esta manera, Alejandro Pérez, referente del básquet argentino como periodista deportivo y relator, definió al homenaje a la generación dorada en Tecnópolis. Testigos Culturales tuvo el agrado de entrevistar a Alejandro Pérez, destacado en el básquetbol nacional como periodista y como la voz de los relatos en muchas oportunidades de nuestra selección nacional, quien nos contó acerca de sus sensaciones en el evento, los recuerdos de aquel grupo y un certero análisis del pasado Mundial en China.
- ¿Qué te pareció este gran evento que se montó en Tecnópolis?
- Me parece un gran acto de justicia, un buen momento a 15 años de aquel logro. Primero juntar a todos los muchachos, por lo que me cuentan, hace muchos años que no se reunían la gran mayoría, y después, me parece un gran acto de justicia. Es muy lindo un evento que tenga a ellos como centro, con motivo de un homenaje, un agasajo, es un buen momento para disfrutar; nos tiene que alegrar que vamos a poder ser testigos del reencuentro de ese grupo que tan bien se movió dentro de la cancha y que fuera de la cancha muestran tan buena afinidad y cariño, poder ser testigo de eso me parece muy bueno.
- ¿Cuánto te sirvió para tu carrera en el periodismo deportivo y qué te llevas de todo lo logrado por aquella selección?
- Tengo que agradecer de haber tenido suerte de ser congeneracional de este grupo, ellos como jugadores y yo como periodista, porque me tocó ser el puente, el nexo; porque en definitiva el periodista no es más que eso, un nexo, entre los acontecimientos, entre la noticia y la gente. Estos chicos fueron noticia durante muchos años en su etapa como deportistas y a mí me tocó comunicarle eso a la gente, y he tenido suerte porque estuve en las grandes conquistas, en los grandes triunfos, en los grandes logros y eso hizo que, por ejemplo, un grupo de gente que relacionan mi voz con aquellos grandes triunfos de este grupo. Pero mi función no es más que esa, la de transmitir lo que lograba este grupo; lo que si tengo que reconocer es que, sin dudas, todo lo bueno hecho por estos muchachos repercutió e influyó en mi carrera, primero como hombre del básquetbol y como simple apasionado de este deporte me hicieron disfrutar de algo que yo nunca me imaginé que podía llegar a disfrutar; después en mi trabajo profesional hicieron que reluciera mucho más.
- ¿Cómo viviste los últimos acontecimientos que vivió el básquet a nivel nacional en cuanto al Mundial de China?
- Con mucha alegría, con sorpresa, porque no me imaginé que el equipo argentino iba a poder llegar hasta donde llegó, jugó un nivel muy superior al que yo imaginaba, creía que por nivel podía estar entre los ocho mejores pero no que iba a llegar a una final mundialista lo disfruté de la misma manera, como hombre del básquetbol de ver a otro grupo, no aquella generación dorada que nos había malacostumbrado a buenos resultados a ser protagonistas este equipo, este equipo en el que no había tantas certezas de que podía conseguirlos también lo lograron y me parece que eso es motivo de alegría y la verdad que enorme reconocimiento a un grupo que jugó en un nivel altísimo.
- ¿Podrá generar expectativas de cara al futuro esta selección?
- Si porque toda aquella duda, esa gran duda, esas expectativas de qué va a pasar con el recambio generacional, bueno el recambio generacional pasó, estos son otros nombres, otros jugadores y volvieron a un nivel similar al que tuvo; claro que aquella selección dorada llegó y se mantuvo, estos también llegaron, veremos si se mantienen; pero por lo visto, lo que mostraron en esta copa del mundo, uno se ilusiona con que se puedan mantener en la elite, porque para mí, eso está bien porque después se puede salir campeón, segundo, tercero, cuarto, quinto, lo vivió la generación dorada la fluctuación de resultados pero siempre estando en la elite, siempre siendo parte de la elite y para mí eso tiene algún valor incalculable.
- ¿Con qué te quedas con la espina de volver a terminar segundo o con la definición de Sergio Hernández que se consiguió la plata en el mundial?
- Totalmente, la conquista de la medalla de plata, insisto, fue un mérito enorme, mucho más de lo que la mayoría esperábamos. Lo único que me dolió que la imagen última del equipo no haya sido similar a la que mostró en el 90% del torneo, que jugó en altísimo nivel y, en la final, lo superó claramente el rival y me parece que hay algo de injusticia, me parece que los muchachos argentinos se tendrían que haber ido con una imagen un poquito mejor que en definitiva la tienen, nadie les quita ese segundo lugar, todo lo que hicieron de bueno en los partidos anteriores fue solamente por ellos, por ahí, una final un poquito más reñida hubiese sido lo que se merecía este grupo. Pero igualmente quien nos quita el recuerdo, el enorme recuerdo, de los grandes partidos que jugó este equipo que nos da orgullo, que nos dio satisfacción, que nos hizo disfrutar porque a los que nos gusta el básquetbol ese equipo jugó un básquetbol de calidad que verdaderamente nos hizo disfrutar mucho.
- ¿Se puede trazar algún tipo de paralelismo con la generación dorada?
- No, porque aparte no conviene. Son otros nombres, a excepción de Scola. Y un Scola distinto porque aquel era un Scola de 22 años, este es un Scola de 39 años, son equipos distintos, hay que analizarlos de manera distinta, son circunstancias distintas, son épocas diferentes, entonces hay que tomarlo como individualmente. Aquel equipo fue extraordinario y este equipo está empezando a escribir su propia historia, con unos primeros capítulos bastante interesante, por lo que viene mostrando en las últimas competencias, en la etapa clasificatoria y en esta copa del mundo, la verdad que están escribiendo su historia y nos prometen un buen desarrollo de esa historia. Cobertura: Damáris Jiménez, Sofía Gredillas y Federico Ramirez. Foto: Sofia Gredillas
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